Editorial No. 16
Por Mauricio Muñoz Vargas
Si hay una región que nadie puede resistirse a fotografiar es el Eje Cafetero. El Norte del Valle del Cauca, Caldas, Quindío, Risaralda y sus paisajes de singular belleza. A parte del paisaje, en el Eje cafetero también podemos apreciar la riqueza de su arquitectura, sus fachadas coloridas con sutiles detalles imposibles de obviar, la gentileza de sus habitantes, el incomparable aroma del café y su exquisita gastronomía.
En esta edición presentaremos algunos municipios del Quindío: Filandia, Pijao, Génova y sus locaciones que nos invitan a escapar de las prisas de la ciudad y la vida cotidiana.
Al realizar fotografías de paisajes es muy importante hacerse los siguientes cuestionamientos: ¿qué?, ¿cuándo? y ¿cómo? El Eje Cafetero responde perfectamente a estas tres preguntas. ¿Qué? sus paisajes que activan la emoción y nos conectan con la espiritualidad del lugar. ¿Cuándo? en la mañana, durante la niebla o durante la noche. ¿Cómo? con una cámara profesional, una compacta o con un buen teléfono celular. Pero más allá de la parte técnica y herramientas que se utilicen, lo más importante es llevarse un recuerdo visual de El paisaje cultural cafetero.
La fotografía como herramienta nos permite reflexionar sobre la conexión con el paisaje, nos lleva a comprender que existe algo más grande que nosotros, es un ejercicio de concientización.